6/13/2006

La cronica más larga no musical que se haya escrito sobre un acontecimiento musical (3ª Parte)


No quiero que con mi anterior comentario pudiera parecer que no me gustaron los Drones me gustaron, pero es que sus canciones algunas me parece que no están a la altura. Y no quiero empezar ahora una discusión entre la calidad de las canciones del primer disco de los Strokes–banda horrorosa en directo , con muy buenas canciones– y The Drones–banda con una magnífica puesta en escena y dedicación pero con canciones más incomibles que un estropajo–. Es más cool decir que los Drones molan más, además es que el último disco de los de New York ha resultado un truño.El caso es que casa vez echo de menos grupos con canciones, hasta me gustan algunas de los Artic Monkeys, lo confieso , me estoy haciendo blando, estoy tan necesitado que ayer me puse a los Planetas y luego a Chucho que ya no estoy ni para traducir.

Después de los Drones, la banda que asumía la responsabilidad de destrozar el escenario Rockdelux eran Motorhead. Antes nos habíamos acercado al otro escenario donde tocaban No Neck Blues Band. Arrastré a mis amigos a ese escenario, a ver a ese grupo y todavía me caen collejas, igual que a la china del grupo que se le caían los platillos. Sólo nos quedamos a su primera e interminable canción; por eso nos perdimos el inicio de Motorhead que lo que hicieron, lo hicieron perfecto. A Ana que le gustan mucho, lo disfrutó. Reconozco que estuvo entretenido y que resulto muy ilustrativo de la potencia y capacidad de las bandas de hardcore clásico. Uno se empieza a temer que traigan a AC/DC. Pues ya puestos que le echen huevos y se atrevan con Sex Museum, que acaban de sacar nuevo disco.

Después de Lemmy, Pete Doherty. El concierto lo vi sentado desde la grada, sonaba fatal, horroroso, yo estaba bastante puesto y no estoy en disposición de criticar lo puesto que iba el ex líder de Libertines, pero por lo que me han contado parecía un guiñapo, se tambaleaba, no paraba de fumar y se despistaba. Este chico tiene fama de yonkie y de malote, ya no es una estrella del rock hay permiso para vilipendiarlo, denunciarlo y maltratarlo. El piloto del avión le denunció por pincharse en el baño pero luego resultó que no había restos de droga en ningún sitio. A este chico sólo le queda arrepentirse y pedir perdón a la sociedad, salir en programas de desintoxicación y a ser posible cortarse el pelo y hacerse religioso. Es una pena porque los dos discos de los Libertines están muy bien y el Down in the Albion tiene cosas interesantes pero este chico al igual que la chipionera, nos están retransmitiendo su muerte en directo. Es estúpido. Es su vida. No creo que vuelva a un concierto de él.

Creo aunque no recuerdo muy bien que nos movimos, nos cambiamos de escenario y nos encontramos con un mogollón de suecos que se llamaban I’m from Barcelona. Resultaron divertidos, anecdóticos. Una vez vistos no hace falta insistir más veces. El sonido me recordó terriblemente a The Go Team, espíritu de baile. Reconozco que lo pasé bien, el grupo creo que también.

Creo que era la segunda vez que veía a Yo La Tengo. En esta ocasión Ira Kaplan y los suyos se mostraron completamente diferentes, en aquella ocasión me parecieron muy pop y hasta Naif en esta había un importante componente noise, como si de alguna manera quisieran continuar a su modo el ejercicio de guitarras que se había desarrollado en ese escenario durante la tarde y la noche. Estuvieron bien pero hay grupos a los que por carisma y por historia hay que exigirles más.

El día termino con 2 Many Djs que me gustaron muchísimo, mucho más que otras veces, estaría más despejado, más predispuesto.

A las cinco salimos del Forum, J de los Planetas sale delante de nosotros. Llegamos al hotel a penas duermo, me despierto pronto, compro, libreta y portaminas y me pongo en la Churre a escribir las críticas del día anterior, luego llega Ana que se había ido prontito mientras tocaba el Doherty –lógico–. Menos Pablo que se quedó en la habitación nos pusimos todos a dar una vuelta por las inmediaciones y descubrimos La Rambla del Raval que es como Lavapiés pero más bonito y más de Pakistán. Según te adentras las calles se vuelven más angostas y sucias, que no conocen la restauración, los carteles de las tiendas no estaban en castellano, no estaban en catalán, estaban rotulados en miles de caracteres de origen persa, indio o tandorí. A medida que volvemos hacia la ronda de San Pau aparecen las bicicletas, la gente moderna.

Llegamos a una terraza y nos sentamos buscando el huidizo sol de aquel brumoso día de Junio. (continuará)

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