3/07/2006

El aniversario



Ingrid Betancourt lleva cuatro años secuestrada. Parece impensable que alguien sea capaz de aguantar todo ese tiempo privado de la libertad, de su familia, de su futuro. Ingrid es uno, hay mucha más gente, de los secuestrados que son objetos de negociación entre las FARC y el gobierno colombiano. Las FARC eran un movimiento revolucionario comunista de principios de los sesenta. Ahora no sé lo que son ¿El ejercito de los narcos? Es muy posible que esa situación beneficie a alguien y no precisamente al pueblo, ese por el que dicen luchar. Los cultivadores de coca, los cocaoleros y los narcotraficantes se aprovechan de esto, bueno los cultivadores sólo saben que les resulta más rentable para la vida de sus familias cultivar coca que otra cosa. Eso es así ahora quien quiera buscar soluciones les tiene que dar algo a cambio.

Escribir desde España es muy cómodo, en Colombia las cosas no son tan sencillas.
En Ciudad Juárez la gente muere a balazo limpio, las chicas son secuestradas, los asesinos quedan impunes. Estos lugares se han convertido en comunes. Son decorados de novelas, películas, documentales. Leemos, nos entristecemos. Comemos. Trabajamos. Volvemos a casa, encendemos la tele, nos compungimos. Cenamos, hablamos, acostamos a nuestros hijos, vemos el documental, nos solidarizamos.

No es lo mismo Chile, que Argentina. Qué me podéis contar de México, de Colombia de Bolivia (sí en Bolivia también hay problemas) ¿Y Perú? Sí señor, en Perú tienen muchos problemas, tantos que la gente viene a España con una mano delante y la otra detrás dispuestos a lo que sea con tal de tener un futuro. ¡Qué se yo! en realidad de lo que pasa en realidad por esos lares. A penas sé lo que ocurre a cien metros de mí.

No busquemos culpables, busquemos realidad, busquemos soluciones.
Ingrid Betancourt lleva cuatro años sin poder ver a sus hijos. Me acordé de ella porque busqué algo sobre el Sendero Luminoso y sobre la danza de las tijeras y luego aprecieron las FARC y la señora Ingrid.

Miriam Anco, la protagonista de La hora azul de Alonso Cueto, sólo veía visiones de su familia masacrada por Sendero Luminoso mientras ella sufría el secuestro y la violación del Ejército, de los teóricos enviados para su protección. Miriam no podía soportar las visiones de sus muertos. Arregló lo que pudo e intentó que su hijo tuviera ayuda y un futuro. Qué es lo importante, qué es lo esencial, cuánta distancia existe a veces entre las personas que vemos todos los días. El otro día escribí sobre lo que trataba la hora azul pero el libro cambió. Como las personas. Apareció una mujer que se llamaba Guiomar como la musa de Machado y le mostró los danzantes de las tijeras, los de verdad, desde entonces aunque el abogado Ormache se sentía bien por dentro, por fuera estaba muy lejos, lejos de su vida de diseño, de sus clientes que pagaban más por oírse que por la gestión de sus problemas, de su posición…

Introspección, meandros y morcillas


Antes de los mp3, incluso antes que los walkmans, existían pocos entretenimientos para los largos viajes o las esperas prolongadas: la lectura y el pasatiempo. Dejemos a las sopas de letras a un lado y hablemos de lectura y dentro de la lectura dejaremos para otro día las muy interesantes fotonovelas, las revistas, tebeos y comics y ciñámonos a las novelas por entregas, al folletín, a Marcial Lafuente Estefanía y tantos entretenimientos escritos hoy sustituidos por la televisión.

Había un escritor, muchas veces anónimo, que iniciaba una historia en desarrollo que avanzaba según los gustos y el éxito de público. Más o menos como Aquí no hay quien viva o Siete Vidas. Lo normal es que pasaran muchas cosas, no había tiempo para introspección o la filosofía, los personajes eran extremos feos y malos, guapos y buenos y se desarrollaban en otros lugares a veces descritos e igual manera, en los que sólo se variaba el nombre y resultaba suficiente.

Leo críticas a Pérez Reverte en que se le acusa de exceso de trama, exceso de acontecimientos, falta de introspección, nulo pensamiento. Lo que no dicen es que entretiene. Nadie se atreve a cuestionar a los otros, a los tenidos como buenos escritores, a los que de verdad realizan profundas reflexiones, nadie les achaca su falta, su carencia, su desprecio por la trama. Puede que sus personajes estén bien traídos interiormente pero uno empieza a estar harto de personajes que son lectores, traductores, historiadores, profesores. Ejemplos de personajes escritores: Los detectives salvajes, 2666, Soldados de Salamina, El hijo del acordeonista, La velocidad de la luz, París no acaba nunca, Wasabi, Doctor Pasavento, El último negro Traductores: El pasado, Corazón tan Blanco. Profesores: Tu rostro mañana.

Son buenos libros, algunos excelentes, pero me estoy hartando de tanto personaje-escritor introspectivo. No se dan cuenta los críticos, que hacen falta escritores y novelas distintas, de gente diferente, de personas que viven, que trabajan, que sueñan, que se drogan, que enferman, que se casan, que son mensajeros, guardias de seguridad, pilotos, oficinistas que ocurran cosas, que funcione la imaginación y que se dejen los escritores de practicar el onanismo y la morcilla, digo meandro que es la forma culta de llamar a los rollos. En el fondo son unos vagos, el palntear los escenarios en lugares conocidos implica qe no es necesario documentarse, trabajas con calles ciertas, locales conocidos y personajes serigrafiados de tu entorno. Con eso no falta tiempo para la morcilla. Me parece bien pero que hagan ensayo. Además los críticos, los oficiales y los que tienen un blog se permiten el lujo de llamar idiotas a los lectores, a ti te gusta Tokio Blues porque eres idiota, porque no sabes. Es la forma de justificar que un libro venda aunque ellos lo critiquen. Otro artificio que usan es el leñazo retrasado, esperas a ver si un libro se vende e intentas destrozarlo, pero sólo si se vende. Yo no he leído el Código da Vinci, no he leído los alastristes, no he leído La historiadora, ni Harry Potter. No me seducen, no me interesan, leerlos sólo para criticarlos, no es lo que me interesa. No pierdo el tiempo en escuchar discos de Bisbal, no pierdo el tiempo en criticar a Amaral ¿Porqué tienen tanto miedo a Dan Brown? A pesar de todo lo que le han sacudido, los criticos, no han conseguido zaherirle. Deberíamos ser más críticos con los buenos y pedirles que además de cultivarnos nos entretengan, entonces venderían más libros, seguro y dejarían, algunos de quejarse.

3/05/2006

Sin criterio


Estaba yo medio arrebatado con lo maldito que era Salinger. Extasiado con su capacidad de hacer desaparecer libros y crear dudas sobre la existencia de ladrones de libros, que luego los queman como en Fahrenheit 451, cuando me encuentro el blog de lector malherido http://www.lacoctelera.com/lector-malherido/post/2006/02/23/salinger-vs-bruno-frances y me ha parecido que tiene bastante razón. A mi lo que me ocurre es que no tengo mucho criterio, todas las opiniones me parecen válidas y me parece que todo el mundo tiene razón.

Es como los libros casi todos me gustan, los que no me gustan es porque no los entiendo, entonces me esfuerzo y a veces consigo entenderlos y creo pienso que me gustan aunque no me han gustado , no he disfrutado, en realidad he sufrido, lo que he apreciado es que he sido capaz de entenderlos.

A mi me gustó El Guardián entre el centeno. No me parece el mejor llibro que haya leído en mi vida pero me gustó. Y me interesé por el personaje, me interesé por Salinger, el maldito, pero tiene razón lector malherido ser maldito es otra cosa, esconderse es otra cosa, desaparecer es otro asunto. No es lo mismo cerrarse al mundo desde la tranquilidad de tener tu vida solucionada por unos sustanciosos derechos de autor que renunciar a cualquier comodidad con tal de esconderse. El fallo de la teoría de malherido puede ser que lo sugestivo de Salinger es la voluntariedad, la obstinación en ocultarse, su renuncia a la fama es su juego, su propia leyenda es su marketing y cualquier escritor que se mantenga anónimo, que sea desconocido lo normal es lo sea involuntariamente.

Me gustaría saber si la gente famosa sería capaz de vivir como gente normal porque la fama no sólo es angustia y persecución también es reconocimiento. Y aunque muchos artistas digan que el reconocimiento les importa un pimiento es mentira. Es el principal alimento para su voraz ego.

He empezado diciendo que me había convencido la teoría sobre Salinguer y al final argumento en contra, si es que no tengo criterio.

3/03/2006

El niño perdido y hallado en el templo


Estos dos días no he escrito porque estaba en Lisboa. Sólo me he dedicado a trabajar, no me perdí por el Chiado, ni he disfrutado de una cerveza sentado en una terraza cuando empieza a refrescar.

El guardián de los sueños ha aparecido, justo en el momento que Ana empezó otro libro Bartleby y compañía. Bartleby es un personaje de un relato Herman Meville: http://www.ciudadseva.com/textos/cuentos/ing/melville/bartleby.htm, cuando le preguntan algo sobre su vida dice “preferiría no hacerlo”. Enrique Vila-Matas escribió esta novela que hablaba de los Bartlebys escritores que dejan de hacerlo y que se vuelven muy celosos con su vida particular. Salinguer aparece como uno de esos ejemplos, como Juan Rullfo o Robert Walter o Thomas Pynchon. Esta novela entronca con otras del mismo escritor que juegan con el cambio de vida, de identidad, con la desaparición como “El viaje vertical” o “Doctor Pasavento”.

Creo que Salinger quiere jugar con nosotros, justo el día en Ana abandona de idea de encontrar su biografía y empieza un nuevo libro, que habla de Salinger pero de otra manera, aparece el libro supuestamente extraviado. Creo que hay algo mágico y desconocido que envuelve su vida generando confusión a cualquiera que se fije o se detenga en él.

Yo por mi parte, más prosaico, más alejado de estas cuitas truculentas, me refugio en “La hora azul” de Alonso Cueto. Los fantasmas de los asesinatos y secuestros de la guerra entre el ejército peruano y Sendero Luminoso vuelven a la realidad en la investigación que hace un abogado limeño de buena posición. Este descenso a los infiernos se produce cuando el abogado descubre que su padre ya fallecido, antiguo comandante del ejército destinado en Ayacucho, estuvo involucrado en torturas, secuestros y violaciones durante su mando allí.

Este trozo me ha quedado en plan solapa de novela. Me entran dudas sobre quién escribirá estas sinopsis:
Se juntan tres compañeros de la facultad de filología en una cena de antiguos alumnos los tres querían ser escritores:
–¿A qué te dedicas en la editorial?
Soy el escribe los resúmenes de los libros, en las solapas.
–¡Ah, qué interesante!
–No te creas.
–La mayoría de los libros que publica mi editorial son aburridos y es muy difícil hacer un resumen sugestivo de algo que te parece un rollo.
–Es igual, me sigue pareciendo muy chulo tu trabajo, al menos mucho mejor que el mío: trabajo en una discográfica y soy el que hace las hojas promocionales. Tú escribes algo que ven los lectores. Yo, en cambio, escribo para que lo lean los críticos musicales. Unos me plagian sin citar la fuente, otros me ponen a caer de un burro por mi falta de conocimiento.
–¿Y tú? Que estas tan callado ¿A qué te dedicas?.
–Trabajo en un laboratorio farmacéutico. Escribo los prospectos