Yo sí sé lo que es el significado de la palabra gregario. Lo sé porque conozco al mayor gregarario de todos los gregarios: yo.
No me restrinjo a esas ventoleras que me hacen participar en todo en todo lo participable, como las reseñas a los nueve cuentos de Salinger, tampoco a mi asociacionismo compulsivo, que a lo largo de mi vida me ha llevado a ser cristiano, tuno, treakie, radioaficionado, fan de belle and sebastian y muchas cosas más, que no me atrevo a repetir.
Yo sé a qué me refiero pero me averguenzo de ello.
Podría pensar que soy cobarde, pero no lo soy. Soy gregario.
La gente confunde la buena gente con los gregarios.
Yo ya conocía el significado de la palabra pero pensaba que era egregio.
Eso nos decía el cura que nos enseñaba latín en los agustinos, no seais gregarios sed egregios.
Por ser como soy, tan gregario, mi futura ex jefa se ha evitado estos días de alguna situación embarazosa, pero mañana se termina este tormento que me he autoinflingido.
Ahora que lo pienso no sé si lo he hecho por dinero, por gregario o por quedar bien. Eso que se dice: quedar bien cuando te marchas del trabajo. Qué absurdo, como si fueramos marquesas en vez de empleados.